Es la capacidad de un organismo o de una parte del mismo para
identificar un cambio negativo en el medio ambiente y poder reaccionar. Tiene
un efecto patológico o fisiológico.
Pero principalmente la irritabilidad es la capacidad
homeostática que tienen los seres vivos de responder ante estímulos que
lesionan su bienestar o estado. Esta característica les permite sobrevivir y,
eventualmente, adaptarse a los cambios que se producen en el ambiente.
Existen dos tipos de estímulos o señales: externos, si es que
provienen desde el exterior o el ambiente donde se desarrolla un organismo, o
internos, si se producen dentro del mismo organismo.
Ante un estímulo determinado, un organismo responde de una
forma particular, que depende tanto del estímulo como del nivel de complejidad
del ser vivo.