Una descripción no se hace de cualquier manera, sin reflexionar y sin establecer un orden. Veamos cuáles son las
pautas que conviene seguir para hacer bien una descripción. Lo comprobaremos aplicándolo a este cuadro de
Yelázquez:
1 Observamos detenidamente todos los detalles del
cuadro: las personas, los objetos, los colores...
.l De todo lo que hemos observado, seleccionamos lo
que nos parezca más destacado o más interesante. En
este caso, los elementos destacados son:
El rostro serio de la anciana y del niño.
El realismo de los objetos de cocina.
La oscuridad del fondo del cuadro.
: Ordenamos los elementos en nuestra descripción:
de arriba abajo (o al revés), de izquierda a derecha (o
al revés), del fondo al primer plano, etc. Esta última
opción es la que seguiremos.
Una vez realizados todos estos pasos, empezamos la
redacción. El resultado final puede ser aproximadamente
éste:
Vi eja fr iendo huevos f7678,. Diego Velázquez.
El cuadro Vieja friendo huevos. de Velázquez, presenta una escena de la vida doméstica.
El fondo de la pintura es totalmente oscuro, como una cueva, de manera que no se distingue casi ningún ob.1eto.
Sólo se aprecia con claridad una vieja cesta de esparto colgada y, hacia la derecha, unos utensilios metálicos, brillantes.
Toda esta oscuridad nos indica que la escena se desarrolla en el interior de una casa.
En el centro aparecen dos personas. Una de ellas es una anciana que está sentada, friendo huevos. Lleva la cabeza
y los hombros cubiertos con un pañuelo blanco. La otra es un niño que sostiene entre sus manos una calabaza
y un recipiente de vidrio. Ambos tienen el rostro serio, distraído. Parece como si, con su expresión, mostraran que
lo que están haciendo es algo habitual, cotidiano.
En primer término aparecen alimentos y utensilios de cocina, alineados en una mesa. Lo que más destaca de ellos
es que parecen reales, como una fotografÍa.
De todos los detalles que nos muestra la escena podemos deducir que se trata de una familia humilde.
Habrás observado que en nuestra descripción del cuadro aparecen unas palabras destacadas en negrita:
domésticos, oscuro, vieia, metálicos, brillantes, etc. Son adjetivos y expresan cualidades de lo que estamos
describiendo. Es decir, nos sirven para decir cómo son las personas, los animales o las cosas que describimos.
Los adjetivos son imprescindibles en una descripción.
Por otra parte, también te habrás fijado en que algunos de los elementos están comparados con realidades
que se les parecen: oscuros como una cueva, reales como una fotografía. Medrante la comparación pretendemos
activar la imaginación de quienes lean nuestra descripción. No es un recurso imprescindible (de hecho,
no debemos abusar de él), pero suele resultar eficaz
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